500 años después del estreno del «Ataque de los kanji» se crearon el Hiragana y el Katakana. Dos silabarios finitos que incluyen todos los fonemas el idioma. Traduzco lo anterior. Dos silabarios (un sistema de sílabas) finitos (no son ilimitados, están contaditos) que incluyen todos los fonemas (sonidos) del idioma.
Uno fue desarrollado para que los hombres pudiesen escribir y luego el otro para que las mujeres pudiesen hacerlo. Es decir, en otras palabras, hicieron dos fuentes de lo mismo: una Arial (líneas rectas, viriles, masculinas) para los hombres pecho plateado y una Freestyle (líneas cursivas, flexibles) para que las mujeres hicieran sus poemas y las listas del súper «Así es, el japonés era súper machista y eso era un chiste querido justiciero social».
No me funen, pero es real. El Katakana fue creado por monjes budistas, mientras que el Hiragana fue desarrollado por mujeres de la aristocracia. Por eso si hoy en día quieres escribir algo y quieres que se lea muy masculino, lo escribes en katakana. Por ejemplo: おれ「Ore」es un «yo» informal y ya masculino pero オレ 「Ore」es un «yo» informal dicho por alguien con pelo en el pecho y cinco hijos abandonados «no, ese no fue un chiste... papá te extraño, vuelve».
Sin embargo esta ya no es la real función de estos dos silabarios. El katakana se usa, hoy en día, para escribir palabras de origen extranjero, como: Pan パン「Pan」, Pen ペン「Pen」, McDonald's マクドナルド「Makudonarudo」. Y el hiragana para la gramática japonesa.
Los kana cuentan con 46 caracteres silábicos. 5 vocales y la mezcla de estas con diferentes consonantes. De esta manera, casi todas las sílabas del japonés acaban en vocal, si no es una vocal, es una consonante más una vocal. La única consonante que se puede encontrar sola es la «n».
Ah sí, ligero detalle fundamental para el desarrollo de la trama: el japonés se puede escribir como nosotros, de izquierda a derecha, haciendo saltos de línea hacia abajo o como se hacía tradicionalmente de arriba hacia abajo, haciendo saltos de línea hacia la izquierda.
Pero detente, no te pongas a aprendértelos. No es momento, eso lo haremos luego; por ahora solo es importante que se comprenda que son silabarios, que son iguales, que uno funciona para palabras de origen extranjeras y el otro para gramática nativa... Ah y que en realidad no son solo 46 sonidos, o sea sí son 46 caracteres, pero si los mezclas o les agregas unos detalles, empiezan a hacer de las suyas y aumentan un poquito sus posibilidades fonéticas. Por ejemplo, así se ve un Hiragana con todas sus posibilidades:
De seguro con la idea que debes aprender dos veces el mismo silabario y además miles de ideogramas chinos, estás pensando que esto es muy complejo; pero recuerda: aún hay dos escrituras más por ver. Es como si los japoneses quisieran desquitarse esos 500 años sin escritura y crearon suficiente como para que nunca les falte.
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